Huesca, 1930
– Cuenca, 1998

Antonio Saura

Uno de los fundadores del grupo El Paso, su pintura a medio camino entre la figuración y la abstracción le situaría en un lugar destacado en el arte español de la segunda mitad del siglo XX. Su serie de crucifixiones se basan en la de Velázquez que puede contemplarse en el Prado y son continúas sus referencias a obras con el perro de Goya.

Uno de los fundadores del grupo El Paso, su pintura a medio camino entre la figuración y la abstracción le situaría en un lugar destacado en el arte español de la segunda mitad del siglo XX.

De formación autodidacta, a los trece años enfermó de tuberculosis, por lo que tendría que permanecer inmóvil durante cinco años, tiempo que aprovechó para empezar a escribir y pintar. Realizó su primera exposición individual en la librería Libros de Zaragoza en 1950. En 1954 se trasladó a París, donde empezó a adquirir un estilo surrealista que pronto abandonaría para fundar en 1957 el grupo El Paso junto con artistas como Manolo Millares, Luis Feito o Rafael Canogar. En 1958 participó junto con Eduardo Chillida y Antoni Tàpies en la Bienal de Venecia y, al año siguiente, en la documenta de Kassel.

El grupo El paso supondría un soplo de aire fresco en aquella escena artística española tan debilitada tras la guerra civil. Saura continuó realizando una pintura informalista en la que predominaban el blanco, el negro, el gris y los ocres pero en la que estableció un diálogo con la historia del arte y en especial con los grandes maestros.

Su serie de crucifixiones se basan en la de Velázquez que puede contemplarse en el Prado y son continúas sus referencias a obras con el perro de Goya o los retratos de Dora Maar realizados por Picasso. Rembrandt o Tiziano son otros autores que también le sirven de inspiración. Al fin y al cabo, como diría el propio artista: «La historia entera acaba por convertirse en género pictórico, y el pintor caníbal, al modo del novelista, vampiriza de esta forma tanto el pasado como el presente, haciéndolos suyos para verterse a su través1».

Entre 1965 y 1967 Saura destruyó cientos de pinturas con las que no se encontraba satisfecho. En 1968 abandonaría la pintura al óleo durante diez años para trabajar en otros medios, como el grabado, llegando incluso a diseñar una escenografía para la producción Carmen, que se estrenó en el Théatre de Paris en 1983.

Saura recibió numerosos honores y galardones, entre los que se encuentran el Premio Internacional Guggenheim (1960), el Premio Carnegie junto con Eduardo Chillida y Pierre Soulages (1964), el nombramiento como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia (1981), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de España (1982) y el Grand Prix des Arts de la Ville de Paris (1995).

La colección Hortensia Herrero cuenta con una pintura de Saura.

1 Antonio Saura, Cuadros de una exposición (Galería de Manolo Valdés), Galería Maeght, Barcelona, 1985.

Muestra de sus obras en el CAHH